Alejandro Magno : porque los chulos son "pa" cuidarlos

Animado por las últimas entradas del blog de Txemari, me he decidido a inaugurar una serie de reseñas, centradas en el universo musical en el que hablaré sobre aquellos artistas (tanto del panorama nacional como extranjero) que, de alguna manera u otra, han dejado una marca indeleble en mi corazón... para bien o para mal.

El primer intérprete reseñado es (como no podía ser menos) Alejandro Magno. Bajo ese lamentable nombre artístico (quizás una velada referencia homosexual) y esas pintas de chulito-gigoló de barrio marginal, se esconde un ilustre representante del grupo de "artistas de coña", aquellos que son más recordados por la grima que daban que por sus méritos como cantantes.

Paradójicamente, con el paso de los años este fulano ha conseguido consagrarse como uno de los más influyentes y cotizados músicos de nuestro país, triunfando en España y Latinoamérica con pseudosesudas y gongoristas letras y su voz cascada de borrachuzo tragasables. Sí chicos, el disco que hoy nos ocupa constituye el primer intento serio de triunfar en el panorama musical patrio del cantante ahora conocido como Alejandro Sanz!!

Los inicios son duros, muy duros...

Como se puede intuir con tan sólo contemplar la portada, el disco es un horror (tanto o peor que el estilista de Jandrito) : entre birriosas melodías de feria de pueblo tocadas con un pobre Casio (al más puro estilo Camela, pero sin ganas) aderezadas con unos arreglos sonoros tribales típicos del sur de España, se puede "disfrutar" de la voz tan "personal" (i.e. mierdosa) del jovencito Sanz recitando letras absurdas e hilarantes; un verdadero ejercicio de estilo que llevó a los críticos a calificar la opera prima de Alejandro como "una muestra muy personal de flamenco-pop juvenil" (el consumidor medio, con su pragmatismo habitual lo calificó simple y llanamente como "una puta mierda"). Su éxito fue tan arrollador que al poco tiempo de su lanzamiento ya sólo estaba disponible en gasolineras del extrarradio y ciertas áreas de servicio en carreteras nacionales (para gran sorpresa de El Fary, que hasta ese momento había monopolizado el sector)...

Si hay algo que destaca en este disco por méritos propios es, sin lugar a dudas, la letra de las canciones. Por suerte, se trata de un disco corto (10 pistas), aunque la singularidad de los temas invita a reflexionar sobre qué habrá llevado a este cantautor a malgastar tanto talento en letritas enrevesadas y romanticonas durante tanto tiempo. Las letras son de lo más extraño y pintoresco que he escuchado en años, alcanzando en algunos casos el surrealismo más galopante : un gigoló exigiendo una moto a su cliente en pago por sus servicios (Los chulos son "pa" cuidarlos), un padre recriminando a su hijo por ser un gandul (Señor Papá), el viaje de un joven a Marruecos para conseguir costo (Ajaulilí)... hasta una canción dedicada a Tom Sawyer!!!! Sí señor, esto es inventiva!! Para que luego digan del tren de los momentos ese...

En fín, un horror de disco sólo apto para melómanos con entrañas de acero o enfermos mentales que, pese a resultar una tortura, se hace especialmente llevadero comparado con otras obras del mismo artista. Baste decir que, de todos los que ha lanzado al mercado este energúmeno, éste es mi favorito...



PD: Cuenta la leyenda que Alejandro Sanz intentó comprar todas las copias existentes del disco para prenderlas fuego y borrar semejante engendro de la faz de la tierra. Para su desgracia, una o dos copias sobrevivieron y ahora circulan por internet, donde semejante mancha en su trayectoria pervivirá de manera perpetua. Si queréis contribuir a ello, encended el eMule y descargadlo, perras!!!